¡Cambio de planes!

Llevo casi un mes sin escribir en esta sección. Ha sido un tiempo decisivo, en el que han ocurrido cosas, algunas de ellas positivas, aunque no la mayoría. Las buenas noticias (a modo de relato) os las contaré en cuanto pueda y las negativas han dado como consecuencia –entre otras cosas- que nuestros planes sobre la vuelta al mundo se hayan modificado. ¿Será la última vez?. Seguro que no.

Lo que era un generoso proyecto de vuelta al mundo durante dos años, se va a quedar en un bonito viaje de unos siete meses. Eso sí, partido en dos y sin circundar el globo, aunque la ventaja es que todo se va a adelantar en el tiempo y es muy posible que en febrero de 2.008 ya estemos en marcha. ¡Como quien dice, ya mismo!

Desde esa época y a lo largo de tres meses y medio, queremos recorrer Argentina, Chile, Bolivia, Perú (posiblemente también Ecuador), Colombia y Venezuela. No descartamos tampoco hacer alguna incursión en Brasil, aunque eso lo iremos decidiendo por el camino, porque Sudamérica es demasiado extensa para ir con prisas, teniendo en cuenta que Brasil es el quinto país del mundo en extensión y Argentina el séptimo.

La idea de empezar por el sur del continente americano tiene como único argumento la coincidencia con el verano en países como Argentina y Chile; dejando el otoño para los destinos con climas más templados o tropicales.

Volar a Buenos Aires desde Madrid en esa época (solo ida) sale por poco más de 550€ y volver desde Caracas apenas sobrepasa los 300€. Al menos esos son los precios que ahora me dan los buscadores de vuelos.

El segundo viaje comenzaría sobre mediados de junio, después de pasar un mes en casa resolviendo diversos asuntos pendientes y nos llevaría a Asia. El recorrido está por decidir, aunque pretendemos evitar los países con visados más farragosos. Eso nos ha hecho descartar el Transmongoliano, inicialmente previsto en el proyecto de vuelta al mundo.

Volar hasta Estambul y entrar por tierra (o a través de un vuelo barato, que los hay) en Irán sería realmente económico, aunque luego no es fácil conectar por vía terrestre con el resto de los países que nos interesan y que serían India, Nepal, China, Myanmar, Tailandia, Camboya y Vietnam.

Si finalmente descartamos Irán, volaremos a Bangkok, Delhi o Pekín y lo haremos más por intereses estratégicos que económicos, dado que los vuelos a cada uno de estos destinos cuestan casi lo mismo, en torno a los 450€.