miércoles, 10 de octubre de 2007

Nuestro periplo por India no será nada original

Probad a hacerlo. Se empieza planificando una vuelta al mundo con perspectiva, pero a medida que se va avanzando, esta se va perdiendo. Quiero con esto decir, que al principio se tiene claro que en un periplo de un par de años, ni se pueden visitar todos los países, ni todos los puntos interesantes dentro de cada uno de ellos. Pero poco a poco, por la incontenible ilusión, por la propia vorágine del viaje y por los sabios consejos de personas de tu entorno o lectores que te dicen “si vas a tal sitio, no puedes perderte esto”, terminas añadiendo destinos y más destinos, hasta darte cuenta de que lo que te estás planteando es inabarcable para el periodo de tiempo previsto y para –dicho sea de paso- las energías de cualquier ser humano.

Y es que realmente hay que pararse de vez en cuando a ver que se está haciendo y reflexionar. Y caer también en la cuenta, de que con la vuelta al mundo no se acaban todos los viajes y que después de volver –en teoría- se pueden plantear otros proyectos con los lugares que aún no se han visto. ¡Vamos, que después de dar la vuelta al planeta no se acaba el mundo!,

Comencé muy bien –en frío es fácil- planificando el recorrido por Rusia y Mongolia a través del Transmongoliano, estableciendo un número de visitas razonables. Ya en China añadí unas cuantas más de la media prevista (hasta seis o siete) y la bola de nieve se fue hinchando, de tal modo que en Nepal el objetivo era ya ver todos los puntos más destacados del país.

Claro. La consecuencia ha sido que al llegar a la India he chocado con la realidad: Es imposible abarcar este país –por su densidad territorial y por su enorme interés- en un primer viaje y mucho más si va incluido en un proyecto vuelta al mundo.

Por tanto, ha llegado la hora de rebobinar y no pretender englobar todo lo que realmente nos interesaría ver. A pesar de ello, si que dedicaremos una atención especial a este país, porque es uno sobre los que tenemos más interés, pero en esta ocasión nos ceñiremos a un recorrido clásico, que realizaremos siempre que sea posible a través del ferrocarril.

La India es un país sobre el que hay un montón de información en la red. Solo con entrar en el foro de Lonely Planet daría para estar leyendo cosas cuatro o cinco días seguidos. Sin embargo –y cada vez me ocurre más no solo con este, sino con todos los destinos- no voy a dedicar ni un solo minuto –salvo cosas muy concretas o algo de información práctica- a leer todo eso, porque en los foros cada vez hay más opiniones personales y menos información. Y yo no quiero llegar con ningún tipo de juicio preconcebido a la India.

Algún día tengo que escribir una reflexión viajera sobre ese tema. Pero de momento, vamos a ir ya con el previsible itinerario.

Así, comenzaremos por el triángulo dorado, formado por las turísticas Delhi, Agra y Jaipur. La primera será nuestra toma de contacto con el país y debido a la aclimatación y a su enorme interés, nos tomaremos este destino con la necesaria calma. Bastante agobiante debe ser la ciudad para el recién llegado, para encima andar por allí con estrés.

No hay comentarios: